viernes, 8 de marzo de 2013

¿Celebras el Día de la Mujer-madre trabajadora...trabajando?


¡Qué bonitos estos días temáticos! el día de la paz, el día sin humo, el día contra el cáncer, el día contra la violencia de género,…  nos hacen reflexionar sobre ciertos aspectos de la sociedad que deben ser atendidos... Pero mi preferido es sin duda el Día de la Mujer Trabajadora y por eso lo celebro siempre por todo lo alto: TRABAJANDO ¿No debería prohibirse que las mujeres trabajaran ese día? Si es que no me da tiempo ni a reflexionar acerca de este gran colectivo al que pertenezco, acabo de ver  que hay un montón de actividades de celebración pero si estamos trabajando ¿quién va a asistir?


UN DÍA DE UNA MUJER- MADRE-TRABAJADORA, puedo ser yo, puedes ser tu, puede ser tu vecina:

Suena el despertador: Me levanto la primerita por la mañana, me arreglo perfectamente o en el trabajo el jefe la mirará mal, eso sí a velocidad record: moño, maquillaje de guerra y tacones incluídos.
Preparo el desayuno, hago zumos naturales para los niños que son muy sanos, me salpico la camisa blanca. No pasa nada, con una toallita se la quito y cuando llegue al trabajo está seca. Desayuno bajo en calorías para mí. Levanto a los niños, los visto y preparo. Despido a mi marido que se va de viaje el pobre (con todos los jefes a una convención a un hotel de 5 estrellas): Hasta mañana. ¡No te olvides del cargador del teléfono!

Llevo a los peques al cole, como soy una buena madre hablo con la tutora sobre la excursión de la semana que viene y sobre los deberes de ayer. Me encuentro a una madre cuyo hijo cumple años y me da la invitación para la celebración, será este próximo fin de semana, me comprometo a llevarle al cumple aunque no sé cómo voy a hacer con el más pequeño (quizá se lo lleve también aunque revolucione la fiesta,… ya veremos) Recibo un mail de mi jefe, que no me paga la tarifa de datos del teléfono pero me manda emails dando por sentado que la he de tener. Tenemos una reunión a última hora, saldremos más tarde.

Salgo al trabajo a toda velocidad, primero hay que echar gasolina al coche que está pelao. Mientras voy a pagar llamo a mi amiga Lourdes para que recoja a los niños después del cole y se los lleve a su casa porque con la reunión de última hora no llego a tiempo a recogerlos (un operario me llama la atención porque está prohibido hablar por teléfono en las gasolineras) Lourdes no tiene problema. Pues genial, ¡solucionado! Acabo de autonombrarme jefa del departamento de conciliación laboral de mi empresa.

Por el camino al trabajo me para la policía porque tengo la inspección técnica del coche caducada: "Vaya, señor agente, no me había dado cuenta, es que ando muy liada…" "Sí claro"-piensa el agente- "Como es usted la secretaria de estado…" En fin: deme la multa rápido que me voy volando a trabajar...

Llego cinco minutos tarde, le pido perdón al jefe y me dice que por 5 minutos no me preocupe pero que no se convierta en un hábito ¡qué comprensivo! ¡si supiera la cantidad de cosas que yo puedo hacer en 5 minutos no los consideraría tan poco!

El día es intenso, reunión tras reunión ¿no saben que si vas a una reunión no puedes hacer tu trabajo? Conclusión: trabajo acumulado… ¡qué guay! Lourdes se tiene que quedar más tiempo con los niños… y eso que yo les había prometido llevarles hoy al parque...
Entre tanto llaman del colegio, el pequeño tiene fiebre y diarrea. ¡¡Mecachis!! Llamo a mi cuñada: ”por favor, recoge al niño y llévatelo al pediatra que yo no llego”;  no puede porque tiene cita con el especialista desde hace dos meses, “piensa rápido Catalina”- me digo. Decido llamar al verdadero departamento de conciliación laboral y familiar: “Mamá, necesito que recojas a Carlitos y lo lleves al pediatra, urgente” Mañana es sábado y tocaría llevarlo a urgencias. Solucionado. Mamá es una crac. Ella debería ser la jefa del departamento de conciliación.

Al final del día la famosa reunión puesta el viernes a última hora se cancela porque el jefe se va con los niños de fin de semana: “No me perdonan si no me los llevo a esquiar, casi no los veo…”, me dice. Y pienso: “vale, me alegro por usted pero ¿sabe la que he liado por culpa de esta reunión inexistente?” Ya aprovecho que tengo a mamá hoy, y me quito el trabajo acumulado…¡un par de horitas extras sin pagar y listo!
Bueno, finalmente, jornada acabada. Me voy para casa. No, no, rectifico, voy a pasar por la farmacia a por apiretal que no sé si me queda para la fiebre, no nos vaya a dar Carlitos la noche. Y por el super a por ensalada que los niños tienen que comer cosas frescas, y un poco de isostar que para la diarrea es bueno... Llamada de mi marido, que al final vuelve hoy de viaje porque ha acabado antes de lo previsto: “genial cariño, ¿pasar a recogerte al aeropuerto..?¿..has perdido el juicio?... ¿Qué qué hago..? ..No, en realidad nada importante, ahora mismo me paso…” ¡Ahora taxista también!  ¿Y qué hago yo de cena que no me llegan los filetes que tengo? Madre mía qué atasco, claro es viernes. Pero sé un atajo que nunca falla.
Llamada de mi madre, que dice el médico que el niño tiene gastroenteritis, que no coma nada, isostar, y apiretal para la fiebre. ¡Ah! ¡Y que es contagioso! ¡Qué buen médico! es una información muy valiosa… ¡ya sabemos que nos lo va a pegar a todos! Nos espera un fin de semana de M., perdón, no se dicen palabrotas que hay que predicar con el ejemplo…

Aeropuerto. Se ha retrasado el avión, "me cago en la mar" (porque no se dicen palabrotas) Ahora tengo que pagar parking. Llamada a mamá: quédate con los niños y dale la cena a Juan, a Carlitos ya le llevo yo isostar (qué bien, no había caído en que como no puede cenar ya me llegan los filetes para papá también) “Mamá, hay filetes en la nevera, la ensalada se queda para mañana pero dales fruta”.

Sala de espera del aeropuerto. Alguien se ha dejado el periódico del día, ¡hombre vamos a culturizarnos un poco! Leo titular: “Día internacional de la mujer trabajadora: el 85% de las madres trabajadoras no quiere tener más hijos”. Vaya, lo lamento, no entiendo porqué… “el sentimiento de culpa por no estar con sus hijos lleva a muchas de ellas a dejar su trabajo” ¡Ja, ja, ja! ¡ya quisiera yo, a ver cómo llegábamos a fin de mes!

Llega mi marido. Besito y pregunta: ¿Qué tal el día, cariño? El: Bueno, cansado. Yo: Y yo también. El: ¿Tu también? ¿de qué? si en el trabajo no haces más que ir de reunión en reunión, eso no es trabajar. Pienso: Vaya por Dios, no voy a entrar al trapo… Digo: Carlitos está malo y es contagioso. Respuesta: Pues yo he quedado mañana para jugar al padel. Yo: ¿No te puedes llevar a Juan? El: ¿Estás loca? No nos deja jugar… Silencio. Yo: Vale, no te preocupes, ya me ocuparé. Silencio. El: ¿Qué hay de cena? Yo: Filete de ternera. El: Upss, he comido solomillo de ternera, ¿pasamos por el super a comprar algo? Respondo: Es muy tarde, estoy agotada y el niño está malo. El: Es un segundo… Silencio. Por lo bajito: Bueno, vale… No me paretece nada volver a pasar por el súper.

 ¡¡Atención idea!! Se me ha encendido una lucecita y digo entusiasmada: Oye, ¡¡vamos también a comprar una tarta!! El: Una tarta, ¿no estabas a dieta? Yo: Sí, pero qué más da. El: Yo no digo nada pero luego te quejas de que no te vale la ropa,…Me cabreo un poco... bastante para ser más exactos, aunque disimulo... Se da cuenta y me pregunta: ¿y qué celebramos?
tarta-rosa-flores
¡¡FELIZ DIA DE LA MUJER TRABAJADORA!!
¿Que qué celebramos? Le digo sarcástica:  Pues mira, vamos a celebrar el día de la mujer trabajadora, el día de la madre, el día de la esposa, el día de los conciliadores de vida social y familiar, el día del ama de casa, el día de las amigas, el día de los enamorados,.. el día de la policía local y... y.. ¡¡y hasta mi cumpleaños!! ¡¡que no comí tarta porque estaba a dieta!!!

Y compramos la tarta rosa más espectacular de la pastelería... y mi marido me sorprendió con una botella de mi champán preferido... Y  celebré ser mujer, celebré tener un trabajo en estos tiempos que corren, y en fondo lo que más celebré es ¡ser madre!

Que al menos este día sirva para dedicarnos cada una un poquito de atención a nosotras mismas...
¿No crees?

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