No sólo para gafotas, ermitaños y otros seres extraños...
¿A estas alturas no has adivinado de qué lugar escribo?: Es la Biblioteca.
A través de una amiga descubrí la de mi pueblo que además organiza sesiones de cuentacuentos para motivar a los más pequeños de la casa a acercarse a la lectura. En una buhardilla acogedora viven un montón de libros infantiles esperando que pequeñinas manos los abran y descubran un montón de aventuras y sorpresas. Creo que puede ser muy bueno para nuestros hij@s familiarizarlos desde pequeños con el lugar del conocimiento por definición. Que vean cómo otros niños y adultos se reúnen para leer, consultar, estudiar libros. Ellos, como sabemos, son excelentes "imitadores", y muchos padres pretenden que a sus hijos les guste la lectura sólo porque les regalan libros, mientras ellos el único que abren es para ver la receta del puding de chocolate en Navidad.
Disfrutar y educar en la Biblioteca.
Ya sé que ahora todo está en la red y hasta podemos leer cuentos gratis (como en este blog), pero piensa que pasar las páginas de un libro "de verdad" tiene también su encanto, elegir entre varios títulos con sus diferentes diseños y sobre todo disfrutar de un lugar donde reina el silencio, un lujo en el bullicioso mundo en que vivimos. También me parece interesante que los libros, esos tesoros culturales, sean prestados y pasen por diferentes manos de forma gratuita. Vivimos en una sociedad consumista dónde si quieres algo hay que comprarlo, lo que hace a nuestros hijos ser materialistas desde el nacimiento. La primera vez que saqué libros me dí cuenta de que mi hija no entendía que había que devolverlos, que era un préstamo. Y es que, claro, es un concepto al que por desgracia no están acostumbrados. Además, el hecho de ser un préstamo temporal hace que nos animemos a leerlos en seguida, en lugar de aparcarlos en la estantería esperando un buen momento para abrirlos. Además les enseñaremos que no hace falta que algo sea nuevo para disfrutarlo de la misma manera.
Otra cuestión que recuerdo con cierta magia de la biblioteca, en mis tiempos de estudiante, es que a veces quieres un libro y está prestado, te pasas a preguntar y te dicen en qué fecha va a ser devuelto. Sin embargo,cuando vuelves ha sido prestado de nuevo ¡Qué bien, no tener todo al alcance de la mano! Tener que esperar un poco para disfrutar de algo aumenta el deseo de leerlo, su valor no material, y ayuda a cultivar la paciencia.
Espero que este artículo te anime a visitar esa blblioteca ¡seguro que tienes una muy cerca! Te sorprenderás con lo que puedes encontrar. Si ya lo haces es muy probable que tengas algo que añadir, puedes hacerlo en la sección de comentarios, a la que por cierto estáis todos invitados (más abajo). Un blog se nutre con vuestras opiniones.
Me encanta la biblioteca :)
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