lunes, 11 de marzo de 2013

el árbol de la verde sonrisa

jardin-niño-arbol-dibujo

Tiempo de contar...

Erase una vez un niño llamado Yusif que no tenía hermanos y pasaba mucho tiempo en casa de su abuela, una casa de campo con un jardín muy bonito. Sus padres le llevaban mucho allí porque en la ciudad se aburría. Cuando llegó el verano la abuela le dijo:

- Ahora que ha llegado el buen tiempo, podremos salir al jardín y pasarlo muy bien.

Y cada día que visitaba a la abuela salían fuera a jugar. Como por allí por el campo no había muchos más niños, Yusif se buscó un pintoresco amigo; era un arbolito que estaba en el medio del jardín de la abuela. Era chiquitito, de su tamaño, y tenía hojas verdes brillantes. Como le alcanzaba bien, le ponía todas sus ropas ¡su gorra de visera le quedaba fenomenal! También jugaba con el arbolito a tirarle aros y acertar para que se enredaran en sus ramas, le colgaba una cesta para jugar al basket, y le daba de beber agua con la manguera cuando la abuela le decía que el árbol tenía sed. Fue su inseparable amigo todo el verano.


El otoño llegó y el pequeño tuvo que dejar de visitar tan a menudo a su abuela porque empezaba a ir al cole. Según avanzaba la estación veía cómo los árboles se iban poniendo amarillos, sus hojas se estaban secando y pensaba “Se están muriendo… ¿Qué será de mi amigo el árbol del jardín de la abuela?”
El día que fue a visitarlo se quedó paralizado del susto, su amiguito verde era ahora marrón, ¡también tenía la enfermedad del otoño! Esperaba que fuese como una gripe, que con el invierno se le pasara, qué pena aquellas hojas tan verdes y relucientes que se estaban volviendo viejas y arrugadas.

Un día camino del colegio reparó en que las hojas de los árboles se estaban cayendo y se horrorizó:

- Papá, papá,… ¿qué les pasa a los árboles? Mira todas esas hojas en el suelo…

- ¿Aún no lo sabías?- le dijo su padre- es sólo que está llegando el invierno.

¿El invierno?- pensaba Yusif- ¡El invierno era un asesino de árboles!

-¿Y qué más pasa en invierno, papá?-preguntó.

-Pues que viene mucho frío, nieve, heladas…- le explicó su papi.

¡Uff! -eso le preocupaba aún más- ¿conseguiría su amigo sobrevivir al frío y a la nieve si se quedaba sin hojas?- pensaba. ¡Tenía que ir a visitarlo! y ese mismo fin de semana convenció a sus padres para ir a casa de la abuela. Allí le dejaron mientras se iban de compras. Cuando vio a su arbolito se confirmaron sus sospechas, no le quedaba ni una triste hoja…

- ¡Abuela, abuela!, mira el arbolito, ¿no lo has cuidado? ¿Se te olvidó regarlo? Está desnudo y enfermo, no tiene hojas, se nos muere…

- Tranquilo cariño- le explicó la abuela- no se está muriendo, sólo está desnudo porque ha llegado el invierno.

- Pero morirá de frío, papá dice que en invierno nieva.

- No morirá, ya verás que aguanta muy bien el frío. Si quieres podemos abrigarle un poco hasta que llegue la primavera.

- Sí, ¡buena idea!

Bajaron al sótano donde la abuela guardaba ropa vieja y cogieron un gorro de lana, un chaquetón negro grueso, una bufanda, guantes, orejeras, y mantas; y salieron al jardín para abrigar a su amigo. Con toda aquella ropa parecía una personita, sólo se le veía un poco la cara entre el gorro y la bufanda.

- Bueno, ¡hecho!- dijo la abuela- te aseguro que no pasará frío.

casa-campoCada vez que Yusif volvía a casa de la abuela iba a visitar a su amigo árbol, pero no notaba signos de mejoría… seguía preocupado. El tiempo estaba lluvioso y oyó decir a su madre que la primavera ya había llegado, la verdad es que ya no hacía tanto frío. Por fin llegaron las vacaciones de Semana Santa y toda la familia se fue a la casa de campo para pasar allí esos días. 

- ¿Y qué pasa con el árbol? Ya es primavera y yo no veo que mejore, abuela…

- Ten paciencia, necesita un día de sol- le contestó a Yusif su abuelita.

Pero no paraba de llover y llover… ¡qué rollo de primavera!, él pensaba que mejoraría el tiempo para poder ir al parque, pero nada de eso.Ya se estaban acabando las vacaciones cuando por fin un día salió un sol radiante.

-Genial- dijeron sus padres- nos vamos a pasar el día a la montaña.

- ¡¡Bien!!- Gritaba el niño- ¡por fin!

Se equiparon con un buen pic-nic y pasaron un día estupendo, comieron al aire libre, jugaron al fútbol, pasearon, Yusif trepó por los árboles, corrió tras las ardillas… ¡Qué cansado estaba! Cuando llegaron a casa la abuela le preguntó:

- ¿Has ido a ver a tu arbolito? Seguro que está más contento con este sol…

- ¡Vamos abuela!- dijo el niño, recuperando las energías.

Salieron juntos al jardín y cuál fue su sorpresa, el árbol le estaba sonriendo con una sonrisa de oreja a oreja, en todas las ramas descubiertas había verdes brotes…

-¿Lo ves? – le dijo la abuela- está brotando, es hora de sacarle toda la ropa para que le vuelvan a salir todas las hojas verdes; sólo tiene brotes donde le estaba dando el sol…

Así lo hicieron y gracias al sol y la lluvia el arbolito brotó y todas sus ramas se cubrieron de bonitas hojas verdes. Aquel verano el arbolito lució más bello que nunca… otra vez con hojas brillantes. Yusif y el árbol fueron amigos para siempre. El niño sabía que cada otoño el árbol perdería sus hojas para estar más bonito el verano siguiente.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

1 comentario: